El 1 de octubre de 2020, el Comité de Empresa, compuesto por la totalidad de los miembros de CC.OO., inició una campaña de venta de mascarillas solidarias cuyos beneficios irían destinados a la caja de resistencia de las y los trabajadores de ALCOA.
En plena crisis sanitaria, el 9 de octubre de 2020, la multinacional estadounidense cumplió su amenaza y ejecutó el temido expediente de regulación de empleo (ERE) que llevaba planeando desde hacía meses
El comité de empresa de ALCOA denunció desde el primer instante que:
«Alcoa actuó con mala fe siempre, desde el principio hasta el final. Incluso retiene camiones con productos esenciales, básicos para farmacias y potabilizadoras. Nosotros estamos dejando salir vehículos con material esencial; ellos no los dejan volver»
El 4 de enero de 2021, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, declaró nulo el ERE alegando que veía «mala fe» y recogía en la sentencia que «el fin único y primordial que guiaba a la empresa era apagar las cubas y cerrar la fábrica de la manera más rentable posible»
El 29 de octubre de 2021 el Tribunal Supremo confirmó la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) que había declarado nulo el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que Alcoa.
El 4 de diciembre el Comité de empresa ingresaba el dinero recaudado a la caja de resistencia de Alcoa y, tres días más tarde, el 7 de diciembre de 2020, el Comité de empresa de Alcoa emitía una nota a toda la plantilla comunicando que habían recibido la cuantía de los beneficios obtenidos de las mascarillas solidarias.
«La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba: la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo»
Eduardo Galeano